Para llevaros a Egipto
hubo quien me acompañase,
mas para quedar sin Vos
¿quién dejáis que me acompañe?
Aunque un ángel me dejaseis
no es posible consolarme,
que ausencia de un hijo Dios
no puede suplir un ángel.
Siento yo vuestros azotes
porque vuestra tierna carne
como es hecha de la mía
hace también que me alcance.
(ROMANCE I Al despedimiento de Cristo y la Virgen)
romance de Lope de Vega
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