¿Cuál es la virtud que enseña al mundo de hoy el cardenal Schuster?
Le respondo con una frase del cardenal:
“La santidad no está en las oraciones ni en la penitencia, sino en el amor”.
Vivió siempre la voluntad de Dios en cada momento, estaba auténticamente enamorado de Él.
Paolino Beltrame‑Quattorochi
postulador de la Causa de beatificación.
Card. Schuster. |
Un día para el cardenal
El episcopado y la púrpura no fueron obstáculos para seguir llevando una vida llena de austeridad, de auténtico monje. Se levantaba de noche aún, a las tres y media. Dedicaba una hora a la oración mental, y después rezaba el Oficio divino y celebraba la Santa Misa. A las seis y media se dedicaba al estudio, que sólo era interrumpido para desayunar. El desayuno era muy frugal. Según la religiosa que lo servía, era menos de lo que tomaban los canarios. Luego venían las audiencias. Por la tarde, después del almuerzo continuaba recibiendo gentes, hasta las cinco y media en que se retiraba para la visita al Santísimo, otro rato de oración, rosario y Bendición. Tras cenar, antes de acostarse recitaba la lectio divina.