miércoles, 21 de septiembre de 2016

Cardenal Schuster, virtuoso ejemplo

¿Cuál es la virtud que enseña al mundo de hoy el cardenal Schuster?  
Le respondo con una frase del cardenal: 
“La santidad no está en las oraciones ni en la penitencia, sino en el amor”
Vivió siempre la voluntad de Dios en cada momento, estaba auténticamente enamorado de Él.

Paolino Beltrame‑Quattorochi
postulador de la Causa de beatificación.
 Card. Schuster.


Un día para el cardenal


El episcopado y la púrpura no fueron obstáculos para seguir llevando una vida llena de austeridad, de  auténtico monje. Se levantaba de noche aún, a las tres y media. Dedicaba una hora a la oración mental, y después rezaba el Oficio divino y celebraba la Santa Misa. A las seis y media se dedicaba al estudio, que sólo era interrumpido para desayunar. El desayuno era muy frugal. Según la religiosa que lo servía, era menos de lo que tomaban los canarios. Luego venían las audiencias. Por la tarde, después del almuerzo continuaba recibiendo gentes, hasta las cinco y media en que se retiraba para la visita al Santísimo, otro rato de oración, rosario y Bendición. Tras cenar, antes de acostarse recitaba la lectio divina.




martes, 20 de septiembre de 2016

No hay transubstanciaciòn


Si una herejía niega una o varias verdades de la fe, por ejemplo, la Trinidad o la Virginidad de María, no por eso deja Dios de ser Uno y Trino ni María virgen. Pero si una herejía pone en duda -con una quiebra de su propia identidad- el Sacramento de la Eucaristía y reduce la Misa a una asamblea o a un "memorial de la Pasión", puede lograr que deje de producirse el hecho de la Transubstanciación sobre la tierra. Es decir que se rompa definitivamente el lazo principal entre el Cielo y los hombres, el efecto vivo de la Redención.

Rafael Gambra 

lunes, 19 de septiembre de 2016

Los muy activos


“ Y adviertan aquí los que son muy activos, que piensan ceñir el mundo con sus predicaciones y obras exteriores, que mucho más provecho harían a la iglesia y mucho más agradarían a Dios, si gastase siquiera la mitad de este tiempo en estarse con Dios en oración. Cierto, entonces harían más y con menos trabajo, y con una hora que con mil, mereciéndolo su oración y habiendo cobrado fuerzas espirituales en ella, porque de otra manera todo es martillar y hacer poco más que nada y aún a veces nada, y aún a veces daño: porque Dios os libre que se comience a envanecer la tal alma, que, aunque más parezca que hace algo por de fuera, en sustancia no será nada; porque cierto que las obras buenas no se pueden hacer sino en virtud de Dios. ¡Oh, cuánto se pudiera escribir aquí de esto! ; mas no es de este lugar. Esto lo he dicho para dar a entender esta canción; porque en ella responde el alma por sí a los que impugnan este santo ocio de ella y quieren que todo sea obrar, que luzca e hinche el ojo por de fuera, no entendiendo ellos la vena y la raíz oculta de donde nace el agua y se hace todo fruto”.


San Juan de la Cruz
El alma de todo apostolado – Jean Baptiste Chautard 

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Está clavado, no puede soltarse

En cierta ocasión, inmediatamente después de la misa, llamaron por teléfono desde la Secretaría de Estado rogando se pusiera al Santo Padre lo antes posible. Al rato sonó de nuevo. Pensaban que habíamos olvidado el encargo. Entonces me atreví a volver a la capilla e interrumpir su acción de gracias, especialmente prolongada. Estaba de rodillas, como de costumbre, erguido con la mirada en el crucifijo de marfil. “santidad, llaman por segunda vez…”
Pio XII se volvió un poco y desplegando lentamente las manos recogidas y fijando nuevamente los ojos en la cruz dijo: “Está clavado, no puede soltarse, sólo le toca soportar y sufrir… Y lo hace sin quejas, callando y por amor. Es también el destino del Papa, clavado en su puesto, obligado a callar y sufrir”.

AL SERVICIO DE PIO XII – Cuarenta años de recuerdos – Sor M. Pascalina Lehnert

domingo, 4 de septiembre de 2016

Siete almas, para “servir” a su Señora

Hubo siete hombres de tanta perfección, que Nuestra Señora estimó cosa digna dar origen a su Orden por medio de ellos. No encontré que ninguno sobreviviera de ellos, cuando ingresé en la Orden, a excepción de uno que se llamaba fray Alejo… La vida de dicho fray Alejo, como yo mismo pude comprobar con mis ojos, era tal, que no sólo, conmovía con su ejemplo, sino que también demostraba la perfección de sus compañeros y su santidad.”



En Florencia, al comienzo del siglo XIII, encontramos una hermandad, llamada oficialmente sociedad de Santa María, pero más conocida por su nombre vulgar de los laudesi, o alabadores de la Santísima Virgen, a la que pertenecían siete mercaderes de las mejores familias de Toscana. Las crónicas nos han conservado su nombre: Bonfilio Monaldi, Bonayunto Manetti, Manetto de l´Antella, Amidio Amidei, Ugoccio Ugoccioni, Sostenio de Sostegni y Alejo Falconieri.

Con intenso dolor y llanto exhortó a sus oyentes a penitencia

Estaba todo abrasado del celo del amor de Dios


San Francisco Solano
Así era; predicaba en las plazas públicas, y arrebatado del santo celo de Elías, esforzábase en persuadir a sus oyentes en que todos debían conocer a Dios, evitando la transgresión de sus divinos mandamientos. A ese fin se dirigían todos sus esfuerzos, todo el fervor de su verbo apostólico, aconsejando, exhortando y rogando con lágrimas, que ninguna cosa, por estimable que fuese, debía anteponer al amor divino, a la práctica del bien, en homenaje del Dador de todos los bienes. 
Recogía muy abundantes frutos de su predicación, porque estaba todo abrasado del celo del amor de Dios, vivía en íntimo trato y unión con El; y de esa elevación a lo sobrenatural por medio de la oración, que le era tan continua y familiar, recibió extraordinario poder sobre los elementos y sobre los misteriosos secretos del corazón humano.