miércoles, 27 de enero de 2021

LAS MOSCAS EN LA MISA

 


Cuenta el liberal gobernador Juárez Celman:
“El Cura Brochero decía su misa diaria en la iglesia del Tránsito, y una vez, en el momento de consumir, cayeron dos moscas en el cáliz. “Las tomaré”, se dijo para sí Brochero, y haciendo girar rápidamente el cáliz, bebió su contenido de un solo trago. Luego, acercando el cáliz al acólito, le dijo “Echa pronto el agua”
...Aquí la mosca no pudo dejar sus huevos ni las larvas pudieron encontrar alimento.
El párrafo anterior me trae del recuerdo una sabrosa charla con un sacerdote sobre el imprevisto momento en que una mosca flota en la Sangre de Cristo, el sacerdote no tiene muchas opciones a seguir. ¿Tragar, como hizo don José Gabriel del Rosario en su momento? Me gusta ver en esto un acto de Fe sacerdotal, un esfuerzo interior, un amor al Crucificado.
Volando al viernes más importante de la historia, en el Calvario del Gólgota está el Señor sufriendo aquel espanto. Una Cruz sostiene al Todopoderoso en agonía casi infinita... Quizás también las moscas le circunadaban al Redentor, sin casi ser advertidas entre la montaña de penas del Hombre de Dolores.
Más cerca nuestro, el Cura Brochero, logró imprimir en el “liberal” gobernante, gracias a aquel pequeño arrojo, una huella de la firmeza del hombre en Cristo, de la instantánea contrariedad que se supera con la mirada levantada al Redentor.
Esperanzados nos preguntamos cuánto será el agrado del Creador al ver a su criatura en estos quehaceres pequeños pero amorosos . Son pequeñeces, apenas algunas de las gotitas de agua, que la humanidad agrega al Cáliz de la Sangre sin mancha, esperando esa promesa de transformar nuestra humanidad en su Divinidad.

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